Librería de viejo 

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Ficha bibliográfica: Ricardo Garibay, Cómo se gana la vida (publicada originalmente en 1992) / Fiera infancia y otros años (1982), México, Debolsillo (Contemporánea. Biblioteca Garibay, Obra selecta III), 2022, 360 pp., incluye un amplio prólogo de Josefina Estrada y entrevistas con Minerva y Ricardo María Garibay. 

Ya la ciudad no es ella misma, ya casi no tiene límites, ya no la conozco ni quiero conocerla. He descubierto que pasados muchos años, uno sigue viviendo los barrios de su primera juventud, y si va por calles que anduvo en los cuarentas va en aquel tiempo, no se ve lo que tiene delante, no recuerda lo que acaba de ver, y se siente por un momento, afantasmado. Uno vive en verdad un tiempo breve; el resto de la existencia –no importa cuánto dure– se va en recordarlo, en escribirlo, en sorberle lo que sólo ahora destila (p. 96). 

Hace unos años vi en la mesa de novedades este libro. Su precio era exorbitante y con tristeza me alejé de él. Hace unos días lo vi en la mesa de remates. Su precio era bastante accesible y con alegría lo compré. El volumen incluye dos novelas autobiográficas, escritas con diez años de diferencia, que recuperan la infancia, la adolescencia y el ingreso a la vida adulta del autor. La primera obra está dividida en pequeñas crónicas (cada una cuenta con un título: “Jardines”, “Las cartas de don Ángel”, “Esbozo de cantinas de antes”, “La soledad y el hastío”, “Sermón en la Río Blanco”, “En el cine”, entre otras). La segunda es un relato largo y fragmentado, en el que los asteriscos señalan los saltos memoriosos del autor. 

Ambas novelas son un homenaje a la memoria, a la ciudad caótica-salvaje-pueblerina (“Gritas y humos, garnachas e inmundicias, radios a todo volumen, hervores de pueblo artesanal y campesino en los aceites de la ciudad que empezaba a crecer”, p. 131), al lenguaje popular, a los barrios broncos (San Pedro de los Pinos y sus alrededores y Tacubaya: “No cabía un alfiler, centenares de perros ladraban, gruñían, peleaban, aullaban entre las patas de la gente. Lodazales en el arroyo, y en las aceras un blando piso de cáscaras podridas nauseabundamente dulzón. Oscuro todo y pardo y gargaroso y todo brillante y multicolor, estridente, era un mundo estupendo, de los más peligrosos de la ciudad entonces, con su diaria y considerable aportación de cadáveres y heridos para la morgue y los hospitales…”, p. 307), a la vida cotidiana que ha desvanecido en el polvo, al humor, a la pobreza, a los días escolares, a las mujeres (desde las guapas compañeras de clase a las putas de los burdeles y las musas de carne y hueso), al violento amor paternal (el niño no se parece a su papá), a la noble presencia materna (el niño se parece a su mamá), al catolicismo y sus ángeles invisibles, al boxeo dentro y fuera de los cuadriláteros, a las cantinas, a la sobrevivencia, a la corrupción institucionalizada, a la vida de escritor de tiempo completo.  

Cómo se gana la vida / Fiera infancia y otros años son dos novelas que nos muestran el ayer y nos ayudan a entender el presente. De igual forma son una gran puerta de acceso a la deslumbrante, violenta y honesta obra del gran Ricardo Garibay. 

Pedro Sánchez

Mayo 7, 2024

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